Naci un 12 de Junio de 1992 en el sur de la provincia de Buenos Aires. Ya nacer en esa ciudad no es algo digno de contar pero es lo que a uno le toca. Caracterizada por ser fría, gris y arquitectonicamente espantosa, Bahia Blanca fue durante 18 años el lugar donde viví.
No vengo a hacer una reseña bibliografica de mi vida, sino a invitarlos a reflexionar acerca de la "mala suerte". Si, esa cosa que nos persigue a todos al punto de decir "Qué onda?".
Si uno la busca en su definición, la expresión mala suerte no existe. Sin embargo podemos atribuirle significado como "Karma bastante heavy", "Emanacion de vibras negativas" o "Circunstancia adversa". Bien, si nos guiamos por estas definiciones, hay sujetos en la vida real que al tener bastante presente estas cuestiones son denominados por el resto como "yetas". Si, son yetas, personas con mucha mala suerte. Pero ojo, estas personas tienen la capacidad de emanar su mala suerte a quienes los rodean e inclusive de delegarla.
Acá se complica la cuestión. Una persona que contiene en grandes cantidades vibras o energias negativas no las crea por si misma, son transmitidas por otro. Entonces he aqui la prueba de esta teoría, no es que uno tiene mala suerte porque si, alguien se la transmitió.
Estos últimos meses mi vida se ha caracterizado por malas situaciones, en cadena, como si vinieran a atacar un tiempo de felicidad y alegria. Y en principio creí que era parte de que al ser humano le toca tener mala suerte, pero cuando fue acrecentando me dije "esto no es casualidad", ya que nunca desde que nací había tenido semejante mala suerte. Entonces, uno empieza a investigar y descubre finalmente quién fue el proovedor de la seguidilla de sucesos desafortunados.
Y uno se pregunta aquí que hacer. Porque sabe que tiene el poder de pasarle la mala suerte a otra persona. Es una decisión chota porque le caga la vida a otro, pero todo se tiene que ir pasando no puede quedarse instalada en uno.
Esta es la cuestión, se la voy a devolver.