Creía que era una fuerza inminente. Que nada en el planeta podría atravesar esa roca que la rodeaba. Creía que siempre, pase lo que pase, uno tenia que ser fuerte, poder sostenerse, ser impermeable al resto. Porque si no lo lograba, no iba a poder seguir en el mundo cruel y competitivo que vivía. No podría enfrentar el destino que le había tocado, no sino se convertía en esa persona.
Esa mañana se levantó y sintió que ya nada era lo mismo. Lo que habia ido a buscar en Aquel Lugar, habia desaparecido, y solo quedaba un reflejo de su pasado, del ''otro lugar''. Ese otro lugar oscuro, de soledad, de tristezas, de superficialidad, de ironías, de burla, de poca simpatía. Ya no queria volver a ese lugar, sin embargo, esa mañana sintió que debía volver. Extrañamente, miro al otro lugar como su refugio. Y el lugar mas pensado para su felicidad, se había convertido en su propio infierno. Una marea de miradas, opiniones, situaciones, de inseguridades, de soledad, de angustia determinada.
Ahí es cuando comenzó a creer que tal vez, todo eso que se habia llevado de el ''otro lugar'', no iba a cambiar en Aquel Lugar. Durante mucho tiempo, habia esperado que Aquel Lugar no se pareciera en nada con el ''otro lugar''. Se habia ido en busca de una realidad totalmente diferente. Habia vuelto a las miradas, a las burlas, a la soledad, a las situaciones, a la angustia determinada. A todo eso, que habría querido olvidar.
Pero no había pasado. Nada habia pasado, y ese pasado, volvía a ser su presente.
Esa mañana busco en Internet los horarios, tomo su pastilla de la Tiroide. Después de media hora, como estipula el medicamento, prosiguió a desayunar. Miró por la ventana una vez más, Aquel Lugar, lo que había cambiado.
Se acordó cuando llego y todo era nuevo, todo era una fiesta. Todo la llenaba, la hacia feliz, cuando pudo sortear algunas dificultades y continuar. Pasado el año, cuando se mudó, cuando creyó que por fin era libre y ese era su lugar en el mundo, cuando las personas se veían bien. Eso creyó, tan ingenua. Solo le faltaba hacer algunos movimientos malos para volver a el ''otro lugar'', que hoy, en esa mañana de lluvia, comenzaba a ser un refugió.
''A veces, es mejor seguir huyendole al destino'', pensó. Tal vez, no estaba huyendo, solo continuaba. Se acordó de su amigo Riso, y se preguntó porque no seguir su rumbo. Si uno no encuentra su lugar en el mundo, tal vez debe salir a buscarlo.
Ya no era fuerte como esos super héroes que tanto admiraba